TRABAJO… ¿LUEGO EXISTO?

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Buen día, mis Lics. Quiero platicarles sobre lo que pienso que sucede hoy en día entre el balance de la vida y el trabajo, pero primero, permítanme presentarme. Soy el Licenciado Godinez, pero muchos me llaman Lic. Godinez, el Lic, o simple y llanamente: Lic.

Me gustaría poder decirles que soy de algún lado en particular, alguna ciudad, o que nací en alguna fecha en específico y celebrar así mi cumpleaños una vez al año, pero no. Mi rostro es el de todos aquellos que se levantan temprano diario a trabajar, a aportar su granito de arena en la sociedad con sus conocimientos, talentos, tiempo y energía. Tengo millones de cumpleaños al año y lo disfruto cada vez que lo celebran llevándome el “pastelito” a la oficina; un momento en el que todos nos tomamos un break del ajetreo del día para comer y convivir un poco.

EL DILEMA DE GODINEZ

En mi mundo, el mundo de los oficinistas, existe una famosa pregunta que pretende plantear lo que llamaré “El Dilema del Godinez”: ¿Vives para trabajar, o trabajas para vivir? Hace unas pocas semanas, en mis redes sociales, hice esta pregunta y la gran mayoría contestó que trabaja para vivir. Suena lógico, ¿no? Es decir, intercambias tu servicio por un pago. ¡Bendita quincena! Con ese dinero vives: compras alimentos, pagas un techo, un colchón, ropa, etc. Pero estoy seguro que la vida es mucho más que eso.

Entre las respuestas, hubo una de un licenciado que me llamó la atención, muy seguro decía: “ninguna de las dos” y exponía su punto. Argumentaba que ni siquiera existe tal cosa como que el trabajo y la vida estén separados y sean excluyentes, que no se toquen, como si fuesen agua y aceite y, aunque podríamos abrir todo un debate sobre el tema, yo quisiera expresar cierto acuerdo con él.

Si bien, por lo general, se trabaja para obtener ese ansiado sueldo que nos facilita algunos elementos básicos -de vez en cuando unos lujitos- es indiscutible decir que la vida transcurre mientras lo hacemos.

Tal vez podamos disciplinarnos y elegir no trabajar durante ciertos períodos del día, semana o en el año, como cuando nos vamos de vacaciones, pero no se puede dejar de vivir mientras se trabaja.

Vivir y… vivir

Dicho esto, si pretendemos trabajar para vivir, ignorando que vivimos mientras trabajamos, corremos el peligro de ser uno más en la estadística de aquellos que se levantan los lunes de mal humor, quejándose, lamentando que terminó el fin de semana y expresando su disgusto con el famoso “San lunes”, o el sarcástico “lunes casi viernes” acompañado de la sonrisa más falsa.

Siempre he pensado que son afortunados y hasta suertudos los que encuentran un trabajo que les permita realizarse como personas y que además sea bien remunerado, pero no podemos ignorar nuestra responsabilidad en ello. Si buscamos el trabajo adecuado que mejor se adapte a nuestras necesidades, donde la cultura laboral y la gente vayan acorde con nuestros valores y en el cual aportemos valor, jamás volveremos a sentir que trabajamos para vivir, sino que simplemente, viviremos.

¡Saludos cordiales!
Atentamente,
Lic. Godinez

licgodinezmx@gmail.com  Facebook - licgodinezmx       LinkedIn - lic.godinez

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